viernes, 27 de marzo de 2009

Desde España SI TE DICEN QUE CAÍ de Juan Marsé

viernes, 27 de marzo de 2009
Si te dicen que caí fue escrita por Juan Marsé (1933) entre 1970 y 1972; en ella recrea la realidad histórica que le interesa rescatar -la etapa de la posguerra española-, con el fin de exponer su actitud crítica frente a la realidad sociológica, que constituye la clave interpretativa de toda su obra. Su postura de escritor es de rechazo frente a la sociedad, sea cual sea. Después de ser censurada en España, se vio obligado a publicarla en México, en 1974, donde recibe el Premio Internacional de Novela. Si te dicen que caí narra la historia de un cadáver que en la cámara frigorífica que es reconocido por el celador quien revive su infancia conjunta, y con ella las historias entretejidas de una banda de pistoleros y los feroces niños kabileños , los cuales para redimirse un poco de la miseria y el aburrimiento, se reúnen a contar aventis, juego que consiste en inventar sus propias versiones radiográficas de los rumores que circulan por el barrio. Ambos bandos se conectan a partir del misterioso personaje de Aurora Nin, a quién Java, el líder de los kabileños, busca con desespero para seguir extorsionando a la viuda de un militar que le ha pedido la encuentre, sin revelar sus motivos. La búsqueda de esta mujer lleva a Java a remover los estratos del bajo mundo, donde putas, militares y asesinos se confunden hasta hacer presa del joven. A pesar de que el argumento de la obra parece sencillo porque está expresado de manera lineal, la novela se construye a partir de diversas técnicas narrativas que enredan la historia al grado de perder al lector. El narrador que es personaje, por su cercanía a la historia, nos presenta únicamente apreciaciones parciales y no puede intuir el pensamiento de los demás personajes porque le está vedado. Sería fácil entenderlo si fuese sólo esa una de las particularidades formales de la narración, pero la historia se complica más porque también hay monólogo interior del narrador, situación que genera a su vez la transposición de planos espaciales y temporales que terminan de afirmar la arquitectura de la narración. El lector es arrastrado a un viaje caótico. La narración oscila entre la omnisciencia, el perspectivismo, el monólogo interior, el estilo directo, la diacronía, la narración lineal, la descripción objetiva, el expresionismo, la deformación, el sarcasmo, la piedad, lo grotesco. Dentro de la novela también destaca la nutrida galería de tipologías textuales que va desde la novela policíaca hasta el discurso erótico, pasando por la novela de aventuras y la escritura cinematográfica. La crudeza se encuentra presente a lo largo de la narración. La banda de pistoleros hace manifiesta lo que el franquismo dejó en España donde todo eran delaciones, detenciones, torturas, desaparecidos y fusilados; Implacable como sus personajes es también la crítica que hace Marsé que revienta contra todos los bandos ya sean derechistas, falangistas, franquistas, rojos, republicanos, nacionales. denuncia la corrupción general de una sociedad que tras una primera etapa de lucha y resistencia con la aún firme convicción en que el estado de cosas nacional no podía durar y que la joven dictadura claudicaría ante el esfuerzo organizado de la lucha civil, se va sumiendo no obstante en el letargo, toda vez que las instituciones secretas de la dictadura empiezan con el barrido ideológico de los que no están con el régimen, poco a poco quedan restos de cordura que van desapareciendo de las calles, síntoma innegable de una sociedad que empieza a desmoronarse. Juan Marsé demuestra lo que piensa en cuanto a los españoles que dicen amar a la nación bajo cualquier bandera o ideolología: “No me fío de los nacionalismos ni de sus banderas, no me fío de los himnos, ni de la historia oficial, ni de sus monumentos, ni de su mística patriotera; me parecen formas larvadas de racismo, petulancia y desdicha. En su nombre se dicen sandeces, cuando no se cometen atrocidades”[1]. La importancia de la obra se encuentra no sólo en la técnica narrativa sino en la expresión que guarda ya que sabiendo el autor de su inminente cesura la publico, lo que hace de ella un textos significativo de la literatura española por la crítica hacia la España franquista y hacía la no franquista que mostraba una total sumisión e indiferencia ante el autoritarismo. José Revueltas fue jurado en México cuando Marsé obtuvo el Premio Internacional de Novela y comentó: “El violento existir entre los hombres, el deterioro de los espíritus, la rabia existencial, la desesperación, pero, en medio de todo, el hombre: ese contradictorio habitante de la Tierra”[2] , tomo esta cita porque explica claramente la importancia de Si te dicen que caí al mismo tiempo aclara lo que el hombre es dentro de la novela y que no es nada extraño porque sólo es el reflejo de la condición humana llevada al extremo.
Marsé, Juan, Si te dicen que caí, Editorial Novaro, México, 1973. P. 352
[1] http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/marse/citas.htm
[2] cita tomada de la cubierta de protección del libro.

jueves, 26 de marzo de 2009

Rebelión en las letras mexicanas I

jueves, 26 de marzo de 2009
El Estridentismo en México
El Estridentismo nace de las consecuencias que la Revolución Mexicana había heredado a la sociedad: cambio de los valores ya establecidos en el terreno estético, social y cultura. “la renovación más drástica y escandalosa que se observa a través de la historia de la literatura mexicana” La década de los veinte se caracterizó en México por un exacerbado enfrentamiento generacional entre los jóvenes que intentan ser partícipes de la reconstrucción nacional y las generaciones anteriores que tratan por todos los medios de copar y conservar los puestos más destacados de la administración.
Este movimiento se gestó en Jalapa, Ver. Y a finales de 1921 en Puebla por medio de El Manifiesto Actual Num. 1 de Manuel Maples Arce en el explica que la teoría estridentista se basa en la del Futurismo (admiración por las maravillas de la ciencia, rechazo por lo antiguo y lo clásico por considerarlos un obstáculo al progreso, hay una admiración hacia las innovaciones tecnológicas), el Dadaísmo (el desorden, la duda, la improvisación; negación de la realización idea-palabra y negar el valor a la significación racional), el Ultraísmo (irreverencia hacía los autores anteriores y provocar el rechazo contra la rutina del Modernismo ya decadente) y el Creacionismo (en la poesía no debe haber nada anecdótico y no debe ser más que una aspiración hacia la realidad absoluta). En esencia, los seguidores de este movimiento hacen hincapié en el culto a las máquinas, a lo cosmopolita y a la actualidad de las realidades descritas.
EL 2º Manifiesto fue emitido en Puebla y llama a la juventud poblana para unirse a sus filas, propone un arte joven en oposición a las convenciones existentes, pide la exaltación de máquinas como temática para así ponerse en marcha hacia el futuro; también pide terminar con el sentimiento patriótico y desmitificar los valores nacionales ya que no permiten la evolución de nuevos conceptos; al final aclara que la única verdad es la verdad estridentista. EL 3er. Manifiesto fue emitido en Zacatecas y subraya los puntos de los dos anteriores manifiestos. El 4º. Manifiesto fue hecho en Cd. Victoria es una adhesión al movimiento por parte de estudiantes mexicanos también reproduce una antología con las obras más representativas de los poetas; lo más significativo de este manifiesto es su impacto en la vida estudiantil de México. A Maples Arce se unieron Arqueles Vela, Germán List Arzubide, Luis Quintanilla, Salvador Gallardo, entre otros. Por otro lado el movimiento también sus seguidores de las artes plásticas y visuales como Ramón Alva de la Canal, Leopoldo Méndez, Fermín Revueltas, Diego Rivera, Germán Cueto, Jean Charlot, Roberto Montenegro, Guillermo Ruiz, Javier Guerrero y Máximo Pacheco.

Juana de Asbaje y el Amor

El amor, es fuerza tan profana como inevitable, es motivo primordial en los diversos géneros que Juana de Asbaje trabajó. Lo mismo en obras teatrales que en poesías líricas, no cabe duda de que ella escribe como quien concibe a Eros como impulso creador y vital y no a la manera de una mujerenclaustrada que sufre el encierro y la incompresnsión por parte de su entorno religioso. Si la propia experiencia y ausencia de éste fue determinante para Juana, eso no importa en estas líneas; la sugerencia, en cambio, es subrayar la notable construcción que logra con una de las principales motivaciones del ser humano, que no se cifra en la mera correspondencia ni en la consumación a través del cuerpo

miércoles, 25 de marzo de 2009

Dadaísmo

miércoles, 25 de marzo de 2009
DADÁ NO ES UN ARTE SINO antiarte IRRACIONALIDAD DELIBERADA, DESILUCIÓN, CINISMO, ABSURDO, RECHAZO, Y AZRA; SIN DUDA ES NIHILISTA, NADA HECHO POR EL HOMBRE VALE LA PENA, NI SIQUIERA EL ARTE. el dadaísmo es al arte lo que el anarquismo ala política.
NACIDO EN ZÜRICH, SUIZA, Y COMO CONSECUENCIA DE LA DESTRUCCIÓN CAUSADA POR LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, el dadaísmo como antiarte, iba a representar el opuesto absoluto del arte= donde el arte es estética, lo dadaísta es antiestético; si el arte tiene un mensaje, el dadaísmo no, si el arte debe exaltar los sentidos, Dada debe afrentarlos.
EXPRESA LA CONFUSIÓN DEL CONVULSIONADO MUNDO DE LA POSGUERRA, NO PARA HALLAR SENTIDO EN EL DESORDEN, SINO PARA ACEPTAR EL DESORDEN Y EL CAOS COMO VERDADERA NATURALEZA DEL MUNDO: rechazar la cultura y destruir la estética.
EN LO PLÁSTICO, EL DADAÍSMO INTRODUJO LA PRETENSIÓN DE FALTA DE ESTILO (ALGO QUE SE HA CONVERTIDO CARACTERÍSTICO DE TODA LA ÉPOCA, YA SEA EN ARTE O EN LOS DEMÁS CAMPOS). SE DESTRUÍAN LAS FORMAS ANTERIORES, NO SE INTENTABA INTRODUCIR OTRA, MÁS BIEN, BUSCABA LA DESTRUCCIÓN MISMA: la negación de la forma y el estilo.

lunes, 23 de marzo de 2009

Reflexión desde el alma

lunes, 23 de marzo de 2009
A veces una hace y escucha las cosas creyendo cada palabra y a la vez pensando lo bueno que es todo eso; pero esos actos y esas palabras son pequeños y frágiles trozos de cristal que si existen o desaparecen a nadie importa sólo a quien creyó en todo, porque quien se ha encargado de destruir no tiene idea de lo que hizo, de la gran mentira que dijo y que parecía veradera.
Nadie se da cuenta de lo que dice y de todo lo que implica para la otra persona, y a nadie le interesa saber si rompió la ilusión o el sueño de algo genial. Hay que ser valiente para decir mentiras y valiente para creer e ilusionarse... Qué ironía!